Por: Pedro Torres Estrada

Ciudad Juárez, Chih., a 25 de mayo del 2024.- Una de las muchas razones por las que el frente amplio opositor, integrado por los partidos PRI, PAN y PRD, no logra posicionarse en el gusto de las mayorías, es porque se ha convertido en un amasijo del que no se puede determinar con claridad qué es lo que ofrecen, a quién representan, como se autoidentifican y cómo los pueden identificar los electores. Proyectan una confusión ideológica y cromática que seguramente les perjudicará electoralmente.

En cuanto a la falta de claridad ideológica, es muy obvio el fenómeno por el que atraviesan los PRIANREDISTAS. Al ser producto de la unión de partidos o movimientos con ideologías potencialmente contradictorias, su mensaje político es ambiguo, inconsistente y, sobre todo, incongruente.

Es difícil para los ciudadanos comprender cuál es la posición exacta del frente y de sus candidatos sobre temas clave, principalmente en el caso de Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata a la Presidencia de la República. Lo hemos comprobado de manera reiterada durante su campaña, enseguida unos ejemplos:

Sobre los programas sociales, en un momento habló de la necesidad de eliminarlos, posteriormente matizó su postura, indicando que no buscaba eliminarlos sino mejorarlos y hacerlos más eficientes.

También Gálvez ha criticado duramente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero en algunos momentos ha reconocido logros del actual presidente, lo que ha generado confusión sobre su verdadera postura política.

Gálvez ha compartido diversas anécdotas sobre su origen humilde y su ascenso como empresaria y política, pero se han señalado muchas inconsistencias en sus relatos. Por ejemplo, ha mencionado en diferentes ocasiones detalles sobre sus logros y su lucha personal, que no siempre coinciden, siendo la anécdota más socorrida la de la venta de hasta 600 gelatinas al día durante su niñez.

En un escenario se dice proabortista y en otro diferente niega ese carácter; persistentemente se dice Ingeniera, pero luego acepta que solo cursó hasta el tercer semestre en la universidad: de pronto dice que no trabajaría con corruptos como Alejandro Moreno “Alito”, presidente nacional del PRI, y luego rectifica y dice que lo ama y lo respeta.

Es muy larga la lista de dislates tanto de la candidata Gálvez como de los dirigentes de los partidos que la apoyan y del jefe de todos ellos: Claudio X González.

Su candidatura la respalda una coalición de partidos con ideologías muy diversas, lo que ha llevado a Gálvez a pronunciarse con posturas y promesas que intentan satisfacer a todos quienes pudieran representar su muy desigual base de apoyo, tratando de acomodar tanto a sectores conservadores como a los más progresistas dentro de su coalición.

Pero a la indefinición ideológica hay que agregar la indefinición cromática. Para los votantes es difícil identificar el color que pudiera distinguir a los candidatos del Frente Opositor, pues un día se presentan azules (PAN), al siguiente se visten de rojo (PRI), luego de amarillo (PRD), después de rosa “ciudadano” y hasta de anaranjado y guinda, los colores de Movimiento Ciudadano y de Morena.

Los estudiosos del tema aseguran que la indefinición cromática en un contexto político, como la del Frente Amplio Opositor, puede interpretarse como una metáfora de la falta de identidad visual para representar esa coalición.

En política, el color es un elemento significativo que ayuda a identificar y diferenciar a los partidos o movimientos. Una selección de color inespecífica o cambiante puede generar confusión o una percepción de falta de coherencia y unidad entre los constituyentes de la coalición.

Por ejemplo, si un frente amplio incluye partidos de ideologías diversas, como socialistas (tradicionalmente asociados con el rojo) y conservadores (comúnmente vinculados con el azul), elegir un color representativo puede ser complicado.

Lo anterior, puede llevar a una estrategia de comunicación visual que no resuena claramente con los votantes o que no logra establecer una imagen distintiva y memorable en el ámbito público.

Probablemente adoptaron el rosa por ser un color que no está tradicionalmente asociado con ninguno de los partidos existentes, intentando así crear una nueva identidad visual que los unificara a todos bajo una misma bandera.

Sin embargo, el color rosa identifica a la autoridad electoral de nuestro país y arbitro en la contienda; por otro lado, una estrategia como esa requiere de una comunicación efectiva para asegurar que ese nuevo color sea adoptado y reconocido por el electorado como representativo del frente, lo cual, es claro, no ha sucedido.

La ausencia de coherencia, viabilidad de las propuestas y liderazgo del Frente Amplio Opositor afecta directamente la capacidad de los electores para tomar decisiones informadas en favor de sus candidatos al llegar a las urnas.

Pero, son tan “brillantes” los estrategas del frente opositor que, si se les cuestiona al respecto, van a asegurar que siempre se ha tratado de decisiones estratégicas, que buscan atraer a un electorado más amplio.

Considero, si es así, que corren el riesgo de alienar a aquellos votantes que prefieren una posición más clara y definida.

Es claro que la lucha entre quienes pertenecen a ese amasijo político ha sido encontrar un equilibrio entre mantener la unidad dentro del frente y ofrecer un programa político claro y convincente para los votantes.

Creo que han fallado miserablemente y el domingo 2 de junio se verán los resultados.