Por: Sandra Dueñes Monárrez.

El Paso, Texas., a 1 de junio del 2024.- Los carteles de Sinaloa y Jalisco comandan redes criminales organizadas en todo el mundo dedicadas a la producción, distribución de fentanilo, metanfetamina y drogas ilícitas por toneladas, que representan una amenaza, principalmente por el cambio de las drogas de origen vegetal a las sintéticas, señaló la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024 (NDTA).

La NDTA es una evaluación producida por la Administración de Control de Drogas (DEA) mediante un programa de inteligencia cuyo objetivo es salvar vidas y comprender las amenazas del narcotráfico, citó Anne Milgram.

De acuerdo con la NDTA, los cárteles de Sinaloa y Jalisco “no solamente comandan el suministro desde los precursores químicos a instalaciones de producción desde donde dirigen una compleja red de conspiraciones de la mano de transportistas internacionales y transfronterizos, funcionarios corruptos, constructores de túneles y empresas lavadoras de dinero”.

El alcance del control de los cárteles de Sinaloa y Jalisco sobre cada segmento del tráfico criminal de drogas ha eliminado cualquier competencia en los mercados de la Unión Americana lo que ha permitido a los miembros de estas organizaciones establecer una presencia en todos los estados de los Estados Unidos donde han provocado la peor crisis de drogas en la historia.

Ambos grupos criminales dictan el flujo de todas las drogas ilícitas hacia los Estados Unidos y su dominio sobre el comercio de sustancias sintéticas en particular es evidente en el incesante flujo de fentanilo y metanfetamina cruzando la frontera hacia los mercados estadounidenses.

Otro de los factores que han impulsado el consumo de drogas sintéticas es la facilidad y el bajo costo de producir estos medicamentos a gran escala en México lo que los hace altamente rentables siendo el cristal la metanfetamina más vendidas por los cárteles por ser más potente y más barata.

Una de las formas en las cuales ambos cárteles comercializan el fentanilo es mediante la fabricación de pastillas similares a los medicamentos de marca registrada, teniendo como resultado que muchos estadounidenses están comprando y consumiendo estas sustancias.

La venta de drogas está permitida por aplicaciones de mensajería abiertas y mediante redes sociales, utilizadas por miembros del cártel y vendedores quienes no solo organizan las entregas y reciben pagos rápidamente, todo en un solo dispositivo, y con mínima exposición. Combinados, estos factores dificultan la detección y alimentan el consumo de drogas.

Por lo anterior, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció acusaciones contra líderes del Cártel de Sinaloa en el Distrito Sur de Nueva York, Distrito Norte de Illinois y Distrito de Columbia.

El 14 de abril de 2023, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció amplios cargos contra varios líderes de el Cartel de Sinaloa y sus facilitadores en todo el mundo, incluidos proveedores de productos químicos, ejecutores del cartel, blanqueadores de dinero y líderes de dichas organizaciones criminales.

Desde el arresto y condena de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, el Cartel de Sinaloa ha operado como una afiliación flexible de narcotraficantes entrelazados a través de negocios vinculados mediante asociaciones matrimoniales y de amistades.

Actualmente, el Cártel de Sinaloa no posee un líderazgo único que dirija las operaciones estratégica de la organización, sino que opera a través de grupos cooperantes, en una estructura que teóricamente da a los jefes de las organizaciones independientes de narcotráficantes la capacidad de compartir recursos como lo son rutas de contrabando, contactos de funcionarios corruptos, acceso a proveedores de sustancias químicas ilícitas y redes de lavado de dinero, esto sin compartir ganancias, ni tener que responder a una cadena de mando principal. Sin embargo, las luchas internas por el poder y las alianzas más fluctuantes dejan en duda la viabilidad del modelo de cooperación criminal.

Tras la detención de Joaquín “El Chapo”Guzmán Loera y la extradición de su hijo Ovidio Guzmán López en septiembre del 2023. La organización criminal ha entrado en una batalla interna contra el socio de su padre, Ismael “El Mayo” Zambada García, cuyo líderazgo en el tráfico de drogas lo ha encabezado desde la década de 1970 y ha codirigido el Cártel de Sinaloa durante más de 30 años. Sin embargo, información de inteligencia de la DEA se sabe que su líderazgo se encuentra en riesgo debido a su mal estado de salud.

Otro de los líderazgos criminales del Cártel de Guadalajara, encabezado por Rafael Caro Quintero se encuentran en pugan tras su detención en julio del 2022 dejó una pugna por el control de la región del desierto de Sonora, una ruta de tráfico a tráves del estado de Sonora hasta la frontero con Arizona.

Los Chapitos y el Cartel de Sinaloa obtienen miles de millones de dólares en ganancias del comercio de fentanilo, y fue pionero en la amenaza de drogas más mortífera que Estados Unidos haya enfrentado jamás.

A la fecha y de acuerdo a la información vertida por la DEA, el Cártel de Sinaloa domina el mercado de fentanilo mediante la manipulación de la cadena de suministro global y la proliferación de laboratorios clandestinos de fentanilo en México, un modus operandí que desarrollaron a lo largo de un período de más de 25 años de historia fabricando metanfetamina.

El Cártel de Sinaloa ha estado produciendo grandes cantidades de fentanilo desde el 2012, siendo la facción “Los Chapitos” la responsable de impulsar la importación del fentanilo y cuyas bases de operaciones inicio operaciones en las montañas cercanas a Culiacán.

Ahora controlan el adquisición de precursores químicos, en gran parte de China y dirigen la producción ilícita de fentanilo de laboratorios escondidos en las montañas de Sinaloa y en otros bastiones del Cartel de Sinaloa en todo México.

Laboratorios controlados por el Cartel de Sinaloa son responsables de introducir fentanilo a través de pastillas falsas de marca registrada al mercado estadounidense, al mismo tiempo que produce miles de libras de polvo fentanilo cada año.

La metanfetamina producida por el Cartel de Sinaloa contribuye directamente al fuerte aumento de muertes por envenenamiento en los Estados Unidos, mientras que el segundo lugar lo ocupa el fentanilo.

La metanfetamina, al igual que el fentanilo, es una droga sintética que el Cartel de Sinaloa ha capitalizado debido a los bajos costos de producción y mantenimiento de la fabricación de estos medicamentos en comparación con los costos y riesgos asociados con el procesamiento tradicional a base de plantas.

La oferta, el bajo costo y la alta potencia han permitido al cártel expandirse más allá de los tradicionales mercados de metanfetamina del oeste de Estados Unidos a los mercados del este de la Unión Americana logrando también extenderse a los mercados de Asia, Australia y Nueva Zelanda, donde sus ganancias pueden ser más de 100 veces mayores que las de las ventas en la Unión Americana.

Los cárteles mexicanos tienen una larga historia de desafiar, esquivar o sobornar para eludir las regulaciones y prohibiciones absolutas de importar ciertos precursores químicos, esto apesar de los controles impuestos tanto por el gobierno mexicano, sin embargo, el flujo de precursores químicos continúa sin disminuir.

De acuerdo a información vertida por la DEA, los proveedores siguen siendo los principales fuentes de los precursores químicos utilizados por los cárteles en México para producir fentanilo y metanfetamina ilícitos, pero la India también está emergiendo como un importante país fuente para estos químicos.

El Cartel de Sinaloa utiliza una variedad de tácticas para ocultar precursores químicos que llegan a México, incluido el ocultamiento de los productos químicos entre productos comerciales legítimos, uno de ellos es el etiquetado mal de los contenedores, además de utilizar empresas fachada para crear la apariencia de legitimidad o envíos a través de terceros países.

Los informes de la DEA también indican que el Cartel de Sinaloa ha contratado con corredores con sede en México que trabajan independientemente de cualquier cartel de la droga para comprar grandes cantidades de productos químicos precursores del fentanilo directamente desde China.

A pesar de recaudar miles de millones de dólares en el tráfico ilícito de drogas sintéticas, el Cartel de Sinaloa nunca dejó de traficar cocaína, heroína y marihuana, ni dejó de capitalizar drogas oportunistas.

Los cárteles mexicanos son los principales proveedores de cocaína y heroína a los mercados estadounidenses. Los beneficios de la venta tanto de drogas sintéticas como de drogas tradicionales basadas en plantas respaldan la totalidad de la empresa criminal del Cartel de Sinaloa, financiando su expansión en los mercados ilegales de drogas en todo el mundo y proporcionando suficiente diversidad de productos para satisfacer las demandas de los diferentes mercados de drogas ilegales.

El Cartel de Sinaloa siempre busca sacar provecho de las tendencias de drogas ilegales del momento. Un ejemplo es el “tusi”, un cóctel de drogas de color rosa (mezcla de dos o más drogas ilegales) que se consume principalmente en el escenas de clubes de las principales ciudades metropolitanas.

La droga 2C-B, tusi se fabrica y trafica cada vez más como una combinación de cocaína,metanfetamina y ketamina. El gobierno mexicano no ha revelado la incautación de ningún laboratorios “Tusi” en México, pero el Cartel de Sinaloa es capaz de importar grandes cantidades de ketamina de China para la producción de “Tusi” en México.

Los precursores químicos tienen que llegar a México antes de que puedan usarse para fabricar fentanilo y metanfetamina y cocaína sudamericana deben llegar a México antes de que los cárteles puedan traficarlo a través de la frontera hacia los Estados Unidos. Por lo tanto, los puertos marítimos son partes críticas de la infraestructura criminal del Cartel de Sinaloa.