Rusia abre la central a los periodistas para demostrar que todo funciona «con normalidad», pero no les permite hablar con nigún empleado ucraniano.

Un edificio administrativo está calcinado, pero los de los reactores parecen intactos. Afp ha podido visitar este domingo la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Ucrania y de Europa, cuya toma por parte del ejército ruso ha despertado la preocupación de la comunidad internacional.

A principios de marzo, las fuerzas de Moscú tomaron el control de esta planta ubicada en la ciudad de Energodar en el sur de Ucrania, separada por las aguas del Dniéper de la capital regional, Zaporiyia, bajo control ucraniano. Los enfrentamientos que allí tuvieron lugar hicieron temer en la comunidad internacional un desastre nuclear similar al ocurrido en 1986 en Chernobil.

Durante un viaje de prensa organizado por el ejército ruso, Afp ha podido observar los daños: la fachada de un gran edificio administrativo que servía como centro de entrenamiento para el personal de la central eléctrica está ennegrecida por las llamas y muchas ventanas están rotas.

Pero no se veía rastro de disparos o bombardeos en los seis cubos coronados por una cúpula roja que contiene los reactores que comenzaron a construirse en la década de 1980.

La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía Atómica consideró «preocupante» la situación en la central de Zaporiyia, a la que sus expertos no han tenido acceso desde que fue tomada por Moscú.

LA PLANTA FUNCIONA «CON NORMALIDAD»

La planta «está funcionando con normalidad, de acuerdo con las normas nucleares, radiactivas y ambientales», sin embargo, asegura en el lugar el general de división Valéri Vasiliev, especialista en cuestiones nucleares y químicas, enviado por Moscú para asegurar el sitio.

Haciendo gala de su despreocupación, ninguno de los pocos soldados que montan guardia detrás de montones de sacos terreros lleva monos, máscaras o cualquier otro equipo de protección contra la radiación.

«¡Aquí todo está bien!», pregona el nuevo alcalde pro Moscú de EnergodarAndrei Shevtchik, que llegó a este puesto tras la conquista rusa. «Estamos listos para vender electricidad a Europa. Cualquier comprador es bienvenido. ¡Es muy barato!», añade, antes de marcharse en un reluciente todoterreno cubierto con banderas rusas.

Sin embargo, una gran vaguedad rodea el funcionamiento de la planta, que sigue estando a cargo de los equipos ucranianos.

Afp no ha podido reunirse con ninguno de los empleados del sitio y no está claro el grado de coordinación entre ellos y los nuevos dueños del local.

Antes del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, esta planta tenía una capacidad de 5.700 megavatios, suficiente para cubrir más del 20% de las necesidades eléctricas del país.