La directora de ‘El Veraz’, Yessenia Mollinedo, y su cámara, Johana García, elevan a 11 el número de víctimas mortales que acumula la prensa mexicana este año.

La prensa mexicana vive este año en un luto constante. No termina de sobreponerse del primer golpe y recibe dos más. Sindicatos y colectivos periodísticos habían llamado este lunes a la movilización en una veintena de ciudades de todo el país para protestar por el asesinato, el pasado 4 de mayo en Sinaloa, del reportero Luis Enrique Ramírez, cuando han recibido una trágica noticia: dos colegas acababan de ser asesinadas a balazos en Veracruz. Los manifestantes han tenido que pintar carteles nuevos para incluir los nombres de Yessenia Mollinedo y Johana García en la lista de 11 periodistas asesinados en México en lo que llevamos de año, alcanzando una escalofriante media de uno cada 10 días.

Yessenia Mollinedo, directora del portal ‘El Veraz’ y una de sus fotógrafas, Johanna García, fueron acribilladas este lunes, poco antes de las 16.00 horas, cuando salían de una tienda ubicada en la colonia Cerro Alto, en el municipio veracruzano de Cosoleacaque. Sus agresores tenían todo calculado: esperaron a que las víctimas se acercaran a su vehículo, apretaron el gatillo y se dieron a la fuga. Mollinedo y García quedaron gravemente heridas sobre el arcén y, a pesar de que estaban vivas cuando llegaron las ambulancias, fallecieron camino del hospital.

El crimen fue cometido a plena luz del día, en una zona industrial y bastante concurrida, así que los investigadores confían en que los relatos de los testigos que presenciaron el asesinato, les permitan atrapar a los culpables. La Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz ha activado el ‘Código Rojo’, un operativo de emergencia que les permite desplegar helicópteros para rastrear la zona y levantar retenes en carreteras para dificultar la huída de los asesinos.

«Que le quede claro a quién no quisiera entenderlo, en Veracruz ya no hay ni complicidades ni se tolerará estas agresiones cualquiera», ha explicado el gobernador del Estado, Cuitlahuac García, añadiendo además que: «daremos con los perpetradores de este crimen, habrá justicia y no habrá impunidad como lo hemos dicho y hecho en otros casos. El Gobierno ya no es omiso ni cómplice, vamos tras ellos». El estado de Veracruz registró el año pasado 1.145 homicidios y, en los últimos meses, los delitos violentos se han disparado alimentados por la lucha del narcotráfico por el control del territorio y por las mafias de tráfico de migrantes que utilizan las carreteras veracruzanas para llevar a sus ‘clientes’ hasta la frontera con EEUU.

36 PERIODISTAS ASESINADOS EN EL SEXENIO DE AMLO.

Este año está siendo especialmente violento para la prensa mexicana, en poco más de cuatro meses ya han sido asesinados once periodistas en distintos puntos del país: Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, en Tijuana; Roberto Toledo y Armando Linares, en Michoacán; Heber López, en Oaxaca; Jorge Luis Camero, en Sonora; Juan Carlos Muñiz, en Zacatecas; Luis Enrique Ramírez, en Sinaloa; José Luis Gamboa, en Veracruz y, también en ese Estado, Yessenia Mollinedo y Johana García. 

Según cifras de la organización ‘Artículo 19’, desde que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asumió el poder en México se han registrado cerca de 2.000 agresiones y 36 asesinatos contra la prensa, un ascenso notable respecto a sus predecesores en el cargo. Al finalizar sus sexenios, los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón registraron 47 y 48 reporteros asesinados; AMLO podría superarles en los próximos meses y eso que aún le quedan más de dos años de mandato.

Bajo las consignas ‘No se mata la verdad matando’ o ‘Ni silencio ni olvido’, cientos de personas se han congregado vestidas de negro en el Ángel de la Independencia, en la capital mexicana, para expresar su indignación contra la ola de ataques que está sufriendo el gremio.

El nombre del presidente López Obrador ha sido uno de los más mencionados a la hora de denunciar la extrema vulnerabilidad que enfrentan muchos periodistas en todo el país: trabajando en lugares sumamente violentos, con escasos recursos gubernamentales destinados a su protección y con unas sonrojantes tasas de impunidad (más del 90% de los crímenes contra la prensa se quedan sin resolver).

Tras conocer el doble homicidio de Yessenia Mollinedo y Johana García, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) ha reclamado a las autoridades que: «la actividad periodística de ambas comunicadoras sea la principal línea de investigación del cobarde crimen».