Hablando en el desfile anual del Día de la Victoria, el presidente ruso justificó su «operación militar especial» porque «era lo único que se podía hacer»  El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró hoy en Moscú que la intervención militar de Rusia en Ucrania ha sido necesaria porque Occidente se estaba «preparando para la invasión de nuestra tierra, incluida Crimea».

Hablando en el desfile anual del Día de la Victoria, Putin se dirigió en primer lugar a los soldados: «Estáis luchando por nuestra gente en Donbas y por la seguridad de Rusia«.

«Es nuestro deber hacer todo lo posible por evitar el horror de la guerra», dijo Putin en un discurso breve pero bastante combativo. Recordó que en septiembre propuso firmar un tratado de seguridad global con Occidente, pero «fue en vano». «Ellos trataron de crear una amenaza para nosotros, desplegando tropas. Cada vez era más peligroso, teníamos que hacer esto [atacar Ucrania] y era lo único que se podía hacer«. «Querían que fingiésemos que no nos enterábamos de nada, que nos lo tragásemos, pero somos otro tipo de país», avisó Putin, que también denunció que los «enemigos» trataron de utilizar terroristas contra Rusia.

Desde su atril en la plaza Roja, se dirigió a las fuerzas que Rusia tiene desplegadas en Donbás y a las milicias separatistas que Moscú lleva desde 2014 apoyando de manera encubierta: «Estáis luchando por vuestra tierra, y porque no se olviden las lecciones de la Segunda Guerra Mundial».

Las celebraciones anuales del 9 de mayo en Rusia, también conocidas como el Día de la Victoria, marcan el triunfo de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en 1945 pero Putin las ha utilizado cada vez más como un medio para promover la unidad patriótica y mostrar el poderío militar del país.

TRAGEDIA Y DESCONFIANZA, HEROÍSMO Y PARANOIA

Antes de su discurso, por delante de Putin pasó la bandera rusa y la bandera de la victoria, de color rojo y con la hoz y el martillo que caracterizaban a la de la URSS. Es la bandera que los soldados del Ejército Rojo alzaron en el edificio del Reichstag de Berlín el 1 de mayo de 1945, un día después del suicidio de Adolf Hitler. Aunque la URSS ya no exista, la enseña sigue siendo el símbolo oficial de la victoria del pueblo soviético contra la Alemania nazi.

La ceremonia de este año recreó de nuevo un estado de ánimo que mezcla las dos realidades más difíciles que atravesó la URSS desde el punto de vista de seguridad: la invasión alemana y la Guerra Fría con Occidente: Tragedia y desconfianza, heroísmo y paranoia.

Unos 27 millones de ciudadanos soviéticos murieron en cuatro años de conflicto. «No hay familia en Rusia que no haya sentido el dolor de la Gran Guerra Patriótica», recordó Putin.

El discurso del presidente ruso había despertado expectación por la posibilidad de que cantase victoria o declarase una guerra total, o al menos una movilización general. Proclamar la movilización haría que esta guerra sea muy impopular pero daría nuevos recursos a la nueva línea del frente. Al final, la única decisión que anunció Putin fue reparadora: «La muerte de cada soldado y oficial es dolorosa para nosotros», dijo «el Estado hará todo lo posible para cuidar de estas familias, el decreto está firmado».

Los eventos del Día de la Victoria se han llevado a cabo en ausencia de líderes extranjeros. Según el Kremlin, no se invitó a ningún líder extranjero al desfile del Día de la Victoria este año porque no era un aniversario en números redondos, a diferencia de 2005 o 2010. Sin embargo, Putin sí estuvo acompañado en el desfile en la Plaza Roja en 2017 por el presidente de Moldavia, Igor Dodon, y por el jefe de Estado de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, el año anterior.

UN DESFILE SIN AVIONES NI REFERENCIAS A «UCRANIA»

El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, pasó revista al desfile, que estuvo comandado por el jefe de las Fuerzas Terrestres, el general Oleg Salyukov. La aviación no participó por culpa del mal tiempo.

En repetidas ocasiones Putin ha comparado la guerra con el desafío que afrontó la Unión Soviética cuando Hitler invadió la URSS en 1941. «Rusia ha rechazado preventivamente al agresor. Fue una decisión forzada de un país fuerte, soberano e independiente», dijo sobre el ataque de febrero en un discurso de 11 minutos en el que no paró de hablar de lo que ha hecho en Ucrania sin mencionar el nombre del país vecino. La actitud de borrar a la nación ucraniana del debate público en Rusia va ya desde los libros de texto de las escuelas hasta los labios del presidente.

«En Kiev anunciaron la posible adquisición de armas nucleares, el bloque de la OTAN había comenzado a tomar activamente el control militar de los territorios adyacentes al nuestro. Se creó sistemáticamente una amenaza absolutamente inaceptable para nosotros, y además directamente en nuestras fronteras», denunció Putin. «Todo indicaba que era inevitable un choque con los neonazis, los banderitas [simpatizantes de los nazis ucranianos], respaldados por Estados Unidos y sus socios menores», añadió.

Faltaron anuncios importantes, pero Putin trató de mantener la tensión con un tono vibrante. Sobre el cielo no se vieron los esperados aviones formando una zeta. El Kremlin explicó que la parte aérea se había cancelando por la nubosidad en la capital rusa.

Este año han desfilado menos soldados y vehículos en comparación con el año pasado. Algunos expertos lo han relacionado con las pérdidas significativas sufridas por Rusia en la vecina Ucrania. Han pasado menos tanques (130 frente a 191 de 2021) y también ha habido menos tropas desfilando: 10.000 frente a las 12.000 de 2021. El legendario tanque T-34, una vez más, ha abierto el desfile mientras la televisión rusa recordaba a los muertos en la «horrible invasión», aclarando que se refería a la de 1941.