Hace unos días quedaron exhibidas las deficiencias que hay en el sistema penitenciario del estado de Guerrero, luego de que alrededor de 80 sicarios irrumpieron en la prisión de Coyuca para liberar a un criminal que se encontraba encerrado en ese lugar.
En cuestión de 10 minutos, dicho comando llegó al penal, retuvo al director, desarmó a los custodios y se hizo con el control momentáneo del centro, que depende del Gobierno estatal, para después salir sin mayor problema, según reveló la Fiscalía estatal.
Posteriormente, se dio a conocer que los pistoleros formaban parte del cártel de La Familia Michoacana, y el reo liberado fue identificado como Samuel Ávila Marín, alias “El Vago”, un presunto secuestrador que llegó a ese penal tan solo un día antes.
Sin embargo, la libertad le duró poco tiempo a este delincuente, pues ahora se informó sobre el hallazgo de su cuerpo sin vida, el cual fue abandonado en una carretera a la altura del municipio de Tlapehuala, también en Guerrero.
De acuerdo con autoridades locales, el cuerpo presentaba heridas por arma de fuego, golpes y cortaduras, además de signos de tortura. Junto a la víctima también fue encontrado un narcomensaje.
La cartulina, que cubría parte del cuerpo, estaba firmada por un delincuente cuyo alias es “Borrego” y estaba dirigida a los habitantes del municipio de San Miguel Totolapan. “Aquí está quien es su pesadilla, este es el famoso Vago, a quien saqué de la cárcel de Coyuca de Catalán”, decía el mensaje.
Cabe señalar que el municipio antes mencionado, fue escenario de una terrible masacre en el mes de octubre, en donde decenas de sicarios mataron a 22 personas incluyendo al presidente municipal. Por esos hechos también se le responsabilizó a La Familia Michoacana.
De esta manera, se puede entender que la incursión criminal en la prisión de Coyuca no tenía por objetivo liberar a Ávila Marín, sino sacarlo de su “refugio” para ejecutarlo.