Islamabad (EFE).- Pakistán ha vivido este viernes una de las jornadas más sangrientas de los últimos años, con tres ataques contra mezquitas que han provocado al menos 52 muertos, aunque la cifra puede aumentar, ya que se teme que haya muchos fieles entre los escombros.
El primer ataque se registró en una mezquita en la provincia de Baluchistán, en el sur de Pakistán, en el que murieron al menos 52 personas y otras tantas sufrieron heridas de diversa consideración.
Entre los muertos se encuentra “un alto oficial de Policía que estaba de servicio para brindar protección a la procesión religiosa”, según informó el oficial de la comisaría de la ciudad de Mastung, en la que ocurrió el ataque.
El aniversario del nacimiento de Mahoma
Otras dos explosiones, una en una mezquita de la ciudad paquistaní de Hagun y otra en un templo de la ciudad de Peshawar, se convertían en el segundo y el tercer ataque de la jornada.
El de Hagun, cometido por al menos un atacante suicida, devastó la mezquita, dejando al menos cuatro muertos, incluido un policía, y otros 12 heridos.
No obstante, las autoridades temen que entre 30 y 40 personas puedan estar atrapadas bajo los escombros, por lo que han comenzado una operación de rescate.
Poco después se informaba de otra explosión en el exterior de una mezquita de Peshawar, en la misma provincia de Khyber Pakhtunkhwa, durante las oraciones de este viernes y del que hasta el momento no se han reportado posibles víctimas.
Las mezquitas del país asiático se encuentran especialmente concurridas este viernes, con la mayor parte de la población celebrando la festividad musulmana de Eid Miladun Nabi, el aniversario del nacimiento del profeta Mahoma.
“Tolerancia cero” con los terroristas
El primero de los atentados suicidas de hoy, es el segundo más grave perpetrado en Pakistán contra una mezquita en lo que va de año.
El pasado 14 de septiembre, once personas, entre ellos el líder (JUI), Hafiz Hamdullah, resultaron heridas en una explosión cerca del vehículo en el que viajaban.
El pasado julio, otro ataque suicida durante un mitin del partido religiosoJamiat Ulema Islam se cobró la vida de 63 personas y fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico de Khorasan, una rama local del grupo terrorista. Tras conocerse lo sucedido, el ministro del Interior interino de Pakistán, Sarfraz Bugti, ha asegurado en una red social que el Gobierno está comprometido “con una política de tolerancia cero contra los terroristas”.
Por su parte, el jefe del ejecutivo interino de Baluchistán, Mir Ali Mardan Domki, anunció tres días de luto para expresar solidaridad con las familias de los fallecidos.
Aumento de la violencia
Desde la llegada al poder de los talibanes en Afganistán en 2021, sus hermanos ideológicos paquistaníes han reactivado sus acciones, especialmente en las provincias fronterizas con Afganistán, como es el caso de Baluchistán.
Esta última provincia es además escenario habitual de violencia, por la presencia de grupos armados, facciones talibanas y grupos yihadistas.as
Según un informe publicado a principios de julio por el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán, el país sufrió 271 ataques en la primera mitad del año, en los que fallecieron cerca de 400 personas.