El presidente chileno mantiene su visita a México, tras la cancelación de la Cumbre del Pacífico, y sella su alianza con López Obrador El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha recibido este miércoles a su homólogo chileno, Gabriel Boric, en el Palacio Nacional de la Ciudad de México para dar inicio a una visita de Estado que se celebra tras la sorprendente cancelación de la Cumbre del Pacífico. En declaraciones ante los medios, ambos mandatarios han mostrado una enorme sintonía, a pesar de la gran brecha generacional que les separa y sus conocidas diferencias en temas como el medio ambiente, el feminismo, la economía o el trato hacia regímenes como los de Nicaragua, Cuba o Venezuela.
«Agradezco mucho los consejos que provienen de la experiencia de tantos años de lucha y trabajo por el pueblo, donde la honesta valentía se hace sentir justamente en el apoyo que tiene por parte del pueblo mexicano, cuando lleva más la mitad del mandato», ha asegurado Boric, de 36 años, tras reunirse en privado con AMLO, de 69. Por su parte, el veterano líder mexicano ha tirado de recuerdos y ha explicado, con especial emoción, cómo siguió el golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973, cuando solo era un joven estudiante universitario y su homólogo chileno aún no había nacido, «demostró que se puede transformar una realidad de injusticia y opresión, sin violencia».
Gabriel Boric, a quien AMLO ha descrito como «joven, inteligente, sensible y humano, como lo merece el pueblo chileno», ha celebrado los avances logrados en materia de cooperación bilateral y ha invitado al presidente mexicano a viajar a Chile, en septiembre del 2023, para participar en los eventos programados para el 50º aniversario del Golpe contra Allende. A pesar de la buena sintonía mostrada ante los medios, el presidente mexicano y el chileno pertenecen a dos generaciones de la Izquierda latinoamericana, la vieja y la nueva, que no siempre comparten las mismas sensibilidades, propuestas o intereses.
LA VIEJA Y LA NUEVA IZQUIERDA LATINOAMERICANA
Mientras que Boric llegó de los sindicatos estudiantiles, maneja con soltura las redes sociales y tiene una fuerte conciencia medioambiental, feminista y LGBT, AMLO es un dinosaurio de la política que ha pasado por tres partidos diferentes, se ha presentado a tres elecciones, está enfrentado con los movimientos feministas, evita pronunciarse sobre el matrimonio igualitario e impulsa una política energética basada en el rescate de la vieja petrolera estatal Pemex. Los dos proyectos podrían parecer antagónicos y la diferencia de 33 años entre sus líderes, insalvable, pero los intereses comunes justifican el encuentro y la cercanía.
El viaje a México llega en un momento delicado para Gabriel Boric: tras el fracaso del referéndum constitucional y la militarización de la zona mapuche, las últimas encuestas muestran que solo un 31% de la población respalda su gestión. Sus críticas abiertas hacia los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela han generado incomodidad entre algunos de sus homólogos regionales, «me enoja cuando eres de izquierda y puedes condenar las violaciones de derechos humanos en Yemen o en El Salvador, pero no puedes hablar de Venezuela o Nicaragua (…) nosotros tenemos que criticar esto», aseguró recientemente el mandatario chileno.
A diferencia de Boric, el presidente mexicano mantiene una aprobación del 58,7% que este domingo pretende reforzar encabezando una inédita manifestación partidista en la capital del país. Su política exterior, profundamente latinoamericanista y basada en el principio de ‘no injerencia’ en asuntos de otros países, le ha erigido como uno de los principales defensores del Eje bolivariano en la esfera internacional. El pasado mes de junio, AMLO decidió no acudir a la Cumbre de las Américas, como rechazo a la decisión de EEUU de no invitar a los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Esta semana hemos vivido un capítulo similar con la Cumbre del Pacífico, organizada por México, que López Obrador canceló 48 horas antes de su inicio por la ausencia del presidente peruano, Pedro Castillo, a quien el Congreso de mayoría opositora había negado la autorización para salir del país. Desde su llegada a la Presidencia, AMLO se ha convertido en uno de los principales aliados del régimen cubano, a los que visitó en la Isla el pasado mes de mayo, en su única gira internacional desde que es Presidente. El líder mexicano también ha alzado la voz en numerosas ocasiones para denunciar el bloqueo comercial sobre Cuba que califica de «infamia» y «medida retrógrada, medieval e inhumana».
El mandato de AMLO ha estado marcado por los gestos simbólicos -como el perdón solicitado a la Corona española, las consultas populares para juzgar a expresidentes, la rifa del avión presidencial o la transformación de ‘Los Pinos’ en un museo-, una política que quiere exportar al ámbito regional. Su visión para América pasa por una mayor integración regional, «algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual Unión Europea», que dependa menos de EEUU. Para ello, el líder mexicano ha propuesto eliminar la Organización de Estados Americanos (OEA) y sustituirla por un nuevo organismo más inclusivo, «¿Vamos a seguir con la política de hace dos siglos, del destino manifiesto o de América para los americanos, entendiendo que América es Estados Unidos?», se preguntó recientemente.
Tras el encuentro oficial con AMLO, Boric mantendrá una intensa agenda de actividades antes de regresar a Chile el jueves por la noche. El presidente andino se va a reunir con empresarios y residentes de la comunidad chilena en México y con tres de los favoritos para suceder a López Obrador al frente de Morena: la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el jefe de la bancada oficialista en el Senado, Ricardo Monreal, y el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard. El presidente mexicano también ha invitado a su homólogo a participar en su ‘Mañanera’, su conferencia de prensa diaria, pero Boric todavía no ha confirmado su asistencia.