Nuevo día de juegos de guerra en los mares del sur de China. El ejército de Pekín había anunciado que el domingo terminarían las maniobras militares más voraces que se recordaban en las aguas que rodean Taiwán. Pero tanto en los corrillos políticos de la capital del gigante asiático, como las premoniciones de los analistas internacionales, auguran que el límite traspasado por la segunda potencia mundial sobre la isla perdurará con más movimientos incendiarios durante los próximos meses.
Empezando por una nueva normalidad dibujada desde Pekín en la que los aviones de combate chinos cruzarán regularmente la línea media no oficial que divide las aguas territoriales chinas y taiwanesas. Las autoridades del gigante asiático han confirmado que esa será la estrategia a seguir a partir de ahora: continuar asiduamente simulando una invasión con fuego real sin la prudencia de tiempos pasados en los que se respetaba el espacio aéreo y las aguas de Taiwan.
En el cuarto día consecutivo de maniobras en el estrecho de Taiwan, los aviones de combate y las fragatas del Ejército Popular de Liberación (EPL) han seguido el guion de jornadas anteriores: cruce de la línea media, ejercicios con munición de guerra en las aguas de Taiwán y vuelos sobre el archipiélago de Kinmen, controlado por Taiwan pero a menos de 10 kilómetros de la provincia china de Fujian. Los barcos de guerra y cazas han vuelto a rodear a Taiwan.
«Continuamos detectando múltiples oleadas de aviones militares, buques de guerra y drones chinos que operan en el área del estrecho de Taiwan y realizan simulacros aéreos y marítimos conjuntos, simulando un ataque en Taiwan propiamente dicho y ataques a nuestros buques de guerra», dijo por la mañana el Ministerio de Defensa de la isla.
«Las fuerzas del Ejército Popular de Liberación también han enviado drones para hostigar a nuestras islas periféricas«, continuó. Precisamente, esas pequeñas islas controladas por Taiwan, como Kinmen, han sido estos días uno de los centros de debate en las reuniones de los mandos militares chinos.
Según fuentes del Ministerio de Exteriores de China, el sector más extremista del ejército era partidario de tomar algún pequeño territorio controlado por Taipei como respuesta más contundente a la visita de Pelosi.
En respuesta a los últimos simulacros de China del domingo, Taipei, como lleva haciendo estos días, desplegó patrullas aéreas y navales, y activó sus sistemas de misiles terrestres. «China ha utilizado arrogantemente acciones militares para perturbar la paz y la estabilidad regionales. Condenamos a los enemigos extranjeros que intentan socavar la moral del pueblo taiwanés«, declaró el domingo Su Tseng-chang, primer ministro de Taiwan.
La demostración de fuerza militar de Pekín como respuesta al viaje relámpago de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taipei a principios de semana, parece que se desinfló por la tarde (hora local) acorde con el cronograma chino. El Ministerio de Transporte de Taiwan dijo que los vuelos a través de su espacio aéreo se reanudaron gradualmente, ya que la mayoría de las notificaciones de ejercicios militares chinos cerca de la isla «ya no estaban vigentes».
Un anuncio que es un respiro ante los temores sobre el impacto del bloqueo chino en las cadenas de suministro globales ante la interrupción prolongada del transporte.
El Aeropuerto Internacional de Taoyuan, en Taipei, aseguró que esperan que el tráfico aéreo se reanude con normalidad a partir del lunes. Desde el jueves, más de 900 vuelos internacionales se han visto afectados y más de 200 cancelados.
¿Semana tranquila la que viene en tierras asiáticas? No lo parece. El Comando del Teatro del Este del EPL, la sección del ejército chino que supervisa el estrecho de Taiwan, que fue la que demarcó seis zonas alrededor de la isla para ejecutar maniobras militares, anunció en su canal de Weibo, el hermano chino de Twitter, que el lunes realizarámas ejercicios en la parte sur del mar Amarillo, cerca de Corea del Sur. Estos se extenderán hasta el 15 de agosto. Más prolongados, hasta el 8 de septiembre, serán otros simulacros de combate anunciados en el mar de Bohai, en el extremo septentrional del mar de la China Oriental.
La otra noticia de la jornada ha sido un anuncio de la armada taiwanesa: realizará dos ejercicios de artillería con fuego real a gran escala el martes y el jueves en el sur de la isla autónoma que China considera una provincia separatista. El diario hongkonés South China Morning Post cuenta que las unidades militares involucradas en la operación incluyen el comando de artillería, tropas de infantería estacionadas en Pingtung, el comando de defensa de Hualien y la guardia costera de la isla. Además, 78 morteros ligeros desarrollados localmente y seis obuses de fabricación estadounidense se usarían para disparar proyectiles al aire y al mar.
El jueves, el primer día de simulacros de invasión por parte de Pekín tras el paso de Pelosi por Taipei, el movimiento más destacado en el terreno militar fue lanzar 11 misiles balísticos. Al menos cuatro, según Japón, llegaron a sobrevolar el cielo de Taiwan. El viernes, 68 aviones de combate y 13 barcos de la armada rodearon la isla. Aunque la noticia más destacada estuvo en las ocho contramedidas que China impuso a Estados Unidos, como suspender el diálogo de seguridad de alto nivel con Washington, un canal de comunicación clave para evitar accidentes y otros errores de cálculo que podrían empujaran a un mayor conflicto.
El sábado, los ejercicios se centraron en una simulación total de una futura invasión desde las seis áreas demarcadas alrededor de Taiwan que han bloqueado parte del tráfico aéreo y el comercio con la isla los últimos días.
Pekín trató de sitiar la isla bajo un cerrojo comercial a la isla, logrando desviar las rutas marítimas y aéreas. El Gobierno chino también anunció varios paquetes de sanciones, como restricciones a los productos agrícolas taiwaneses y a las importaciones de arena natural. China es el mayor socio comercial de Taiwan, con un comercio bilateral de 328.300 millones de dólares el año pasado.
LÍNEA ROJA
Para Pekín, el viaje de Pelosi cruzó una línea roja. Los líderes chinos están acostumbrados a responder con amenazas de invasión cada vez que funcionarios de Washington visitan Taiwan. Hasta en 20 ocasiones congresistas, ex senadores y diplomáticos estadounidense de segunda fila han viajado a Taiwan desde 2018. Las amenazas de China normalmente se convertían en incursiones de cazas chinos sobre la zona de defensa aérea de la isla. Pero esta vez fue diferente.
Pelosi es la política estadounidense de más alto rango en pisar Taiwan desde que su predecesor republicano, Newt Gingrich, lo hiciera en 1997. Pekín entendió el viaje como una provocación histórica de su mayor rival en el tablero geopolítico global, que pretende desafiar al dragón chino para mantener a toda costa su hegemonía.
En medio de una nueva Guerra Fría entre las dos superpotencias, en el gigante asiático están convencidos de que Washington mueve fichas en dirección a romper su tradicional postura ambigua, bajo la cual mantiene relaciones con Taiwan a la vez que reconoce la posición de Pekín: solo hay un gobierno chino en todo territorio de habla mandarín.
Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, acusó ayer a Estados Unidos de interferir en los asuntos internos de Pekín. «Estados Unidos debería dejar de intentar vaciar la política de una sola China», agregó en referencia a un acuerdo que data de la década de 1970 según el cual los países pueden mantener relaciones diplomáticas formales con China o Taiwan, pero no con ambos.
Este fin de semana, los medios estatales chinos presumían que solo unos pocos aliados de EEUU, como Japón y Australia, se «mantuvieron al unísono» con la postura de Washington, mientras que China «ya ha recibido el apoyo de más de 160 países con respecto a su respuesta legítima para salvaguardar su soberanía, y la gran mayoría de los miembros de la comunidad internacional están condenando o expresando preocupación por la visita provocadora e irresponsable de Pelosi que amenaza y daña la paz mundial».
Ese es el resumen que hacía el domingo el Global Times, tabloide editado en inglés, que se olvida de que, junto a Estados Unidos, la Unión Europea, los ministros de Exteriores del G-7 y los países del bloque de la ASEAN (Sudeste Asiático) pidieron a China que no usara la visita de Pelosi como pretexto para una acción militar contra Taiwan. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también señaló que China no tenía motivos para reaccionar «de forma exagerada» después del polémico viaje de Pelosi.