Por: La Redacción.

Ciudad de México., a 26 de diciembre del 2023.- Las deserciones en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han tomado un rumbo inédito en estados como Sonora, Sinaloa, Hidalgo y la Ciudad de México.

A lo largo del último año, el partido ha sufrido la salida de sus representantes en las legislaturas locales de estos cuatro estados mexicanos. Estas renuncias políticas han venido acompañadas de una migración masiva de miembros del PRI, todos ellos coincidiendo en sus desacuerdos con la dirección nacional del partido.

En septiembre de 2022, las diputadas locales Elia Sahara Sallard Hernández y Karina Zárate Félix, quienes eran las únicas representantes del PRI en el Congreso de Sonora obtenidas por mayoría relativa, renunciaron abruptamente a su afiliación partidista. Esta decisión llevó al PRI a perder su presencia legislativa en Sonora, ya que Sallard y Zárate se sumaron a las filas de Morena.

Las discrepancias con la cúpula del PRI, encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, fueron el detonante principal de la renuncia de estas dos diputadas. Este episodio marcó la primera ocasión en que el Revolucionario Institucional se encontró sin representación legislativa, aunque no sería la única situación de este tipo.

Nueve meses después, el 20 de junio de 2023, el PRI enfrentó otra crisis en el estado de Hidalgo, cuando ocho legisladores del Congreso Local y el líder estatal renunciaron al partido. Este evento desencadenó una estampida sin precedentes que también involucró al menos a 15 alcaldes, 70 síndicos y regidores, así como a miembros de comités municipales.

A diferencia de lo ocurrido en Sonora, los legisladores hidalguenses que abandonaron el PRI dejaron al partido sin representación parlamentaria en la entidad. Incluso el exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad, renunció a su afiliación priísta una semana antes de esta masiva deserción. Fayad Meneses actualmente ocupa el cargo de embajador de México en Noruega.

Estas renuncias colectivas también señalaron discrepancias sustanciales con la dirigencia de Alejandro Moreno, y se apuntó directamente a la secretaria general del partido, Carolina Viggiano.

Simultáneamente, en Sinaloa, se produjo otra ola de renuncias, con exdiputados federales, exsenadores y líderes territoriales abandonando las filas del PRI. Este fue solo el comienzo de los problemas en Sinaloa.

En paralelo, en la Ciudad de México, cuatro senadores prominentes, Miguel Ángel Osorio, Claudia Ruiz, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila, también dejaron el PRI debido a diferencias con la cúpula priísta. Para julio de ese año, el PRI había descendido a la posición de la cuarta fuerza política en la Cámara Alta.

A pesar de haber obtenido ocho diputaciones en el Congreso de Sinaloa en las elecciones de 2021, el PRI perdió representación, con el diputado Feliciano Valle Sandoval renunciando a su militancia y la legisladora Deysi Judith Ayala declarándose independiente en junio. En septiembre pasado, el partido expulsó a varios diputados cercanos al exgobernador Quirino Ordaz, quien también fue expulsado y ahora sirve como embajador de México en España.

Estas sucesivas deserciones dejaron al PRI con apenas dos legisladores en el Congreso, pero el 27 de noviembre, incluso uno de ellos, Sergio Mario Arredondo Salas, renunció a su afiliación partidista, oponiéndose a la dirección nacional y a la alianza entre el PRI, PAN, PRD y el Partido Sinaloense.

En la actualidad, solo Luis Javier de la Rocha Zazueta representa al PRI en el Congreso de Sinaloa, pero al ser el único legislador, no puede ser considerado una bancada. La situación interna del PRI refleja una crisis profunda que está reconfigurando el panorama político del país.