La comunidad de Salamanca, Guanajuato, se ve sumida en la desesperación y el dolor tras el impactante suceso del 15 de enero. Lorenza Cano Flores, una dedicada buscadora de su hermano desaparecido, fue víctima de un secuestro perpetrado por miembros del crimen organizado. En un intento valiente de intervenir, su esposo e hijo perdieron la vida trágicamente a manos de armas de fuego.
Esta devastadora noticia golpea aún más fuerte al considerar el contexto previo del colectivo al que Lorenza pertenecía, «Salamanca Unidos Buscando Desaparecidos». A finales de diciembre, el grupo informó sobre la pérdida de María Juana Reyes Laguna, apodada Tita, a causa de cáncer de mama. Tita, también miembro del colectivo, no logró encontrar a su hermano Francisco Armando Reyes Laguna, desaparecido desde marzo de 2021.
Esta no es la primera vez que la tragedia golpea a quienes dedican sus esfuerzos a buscar a sus seres queridos. En mayo de 2023, Teresa Magueyal, madre buscadora del colectivo «Una Promesa por Cumplir», fue asesinada en San Miguel Octopan, Celaya. Dos individuos en moto la atacaron a plena luz del día, privándola de la vida sin que pudiera reunirse con su hijo desaparecido, José Luis Apaseo Magueyal, quien había desaparecido en la misma localidad el 6 de abril de 2020.
Este oscuro suceso destaca la vulnerabilidad de quienes luchan incansablemente por hallar a sus seres queridos en un entorno marcado por la violencia y la impunidad. La sociedad debe permanecer alerta y exigir medidas que garanticen la seguridad de quienes, como Lorenza Cano Flores, se enfrentan a la adversidad en busca de respuestas y justicia. Para más detalles sobre este trágico evento, sigue este enlace.