La detención de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, ha provocado un enorme derramamiento de sangre: 29 muertos, 19 militares y 10 sicarios, y 35 heridos. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha lamentado este viernes, «la pérdida de vidas», pero ha defendido que las Fuerzas Armadas actuaron de manera responsable «para que no hubiera víctimas inocentes». La ola de ataques desatada por los sicarios del cártel de Sinaloa para intentar frentar la captura de uno de sus líderes más destacados ha vuelto a demostrar cómo, en algunas partes de México, el poder de los grupos criminales sobrepasa las capacidades del Estado de proteger a la población civil.
La ciudad de Culiacán va recuperando poco a poco la normalidad, después de una jornada en la que sus 800.000 habitantes volvieron a quedar atrapados en medio del fuego cruzado, convirtiéndose, una vez más, en rehenes de una guerra no declarada que altera sus vidas con demasiada frecuencia. Ocurrió en 2019, en el conocido Culiacanazo, cuando el ejército logró retener brevemente a Ovidio Guzmán, pero el Gobierno decidió liberarle ante la violenta presión del cártel de Sinaloa. En aquella ocasión, la muerte de 14 personas fue suficiente para que AMLO decidiera liberar al hijo de ‘El Chapo’. A pesar del bochorno internacional que generó la noticia, el presidente mexicano puso aquella decisión como ejemplo de la estrategia de seguridad de su Gobierno, basada en el principio de «abrazos, no balazos».
Cuestionado por el cambio de criterio, el presidente mexicano ha insistido en que en el 2019, «había una situación completamente distinta a esta». AMLO también ha rechazado que la detención de Ovidio Guzmán responda a ningún tipo de gesto hacia EEUU, cuyo presidente, Joe Biden, visitará México la próxima semana para participar, junto al canadiense, Justin Trudeau, en la ‘Cumbres de las Américas’. «Hay muchas interpretaciones, las respetamos, pero no las compartimos», ha asegurado el líder mexicano durante su conferencia diaria de prensa, popularmente conocida como Mañanera. Algunos medios, como El Universal, titulaban este viernes sus portadas con una fotografía en grande de Ovidio Guzmán detenido, acompañándolo de la frase: «Welcome to Mexico, presidente Biden«.
El hijo de El Chapo era uno de los criminales más buscados por la DEA, que llegaba a ofrecer hasta cinco millones de dólares a cambio de pistas que permitieran su captura. Sin embargo, un juez federal suspendió ayer el proceso de extradición a EEUU de Ovidio Guzmán, quien deberá enfrentar su proceso judicial en México.
Tras ser detenido el jueves por la mañana en el municipio de Jesús María, a 80 kilómetros de Culiacán, el joven capo del cártel de Sinaloa fue trasladado de urgencia en un avión militar hasta la Ciudad de México. Sus sicarios intentaron liberarle hasta el último momento, incluso disparando contra la aeronave mientras despegaba, pero esta vez sus esfuerzos no han dado frutos.
Segunda Detención
Guzmán, al que apodan ‘El Ratón’ por su capacidad de eludir a las autoridades, ha pasado ya sus dos primeras noches en la prisión del Altiplano, la misma de la que se escapó su padre, El Chapo, en el año 2015, a través de un túnel de 1,5 kilómetros que llegaba hasta su celda. Las primeras imágenes difundidas del detenido muestran a un Ovidio Guzmán con un aspecto mucho más descuidado que cuando fue detenido en el 2019, con el pelo corto y una barba de varios días. Si no hay sorpresas, el joven capo del cártel de Sinaloa pasará los próximos meses en esta prisión de máxima seguridad, mientras que en Culiacán, las autoridades hacen balance de daños y la población trata de recuperar la normalidad
Según ha confirmado el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, durante el operativo fueron detenidos 21 sicarios y se aseguraron «cuatro fusiles Barrett calibre 50, seis ametralladoras, 26 armas largas, dos cortas, cargadores, cartuchos, equipo táctico diverso y 40 camionetas, 26 de ellas blindadas». A pesar de que se han reanudado las clases escolares y la actividad habitual en comercios y negocios, el aeropuerto de Culiacán sigue cerrado y muchas calles siguen bloqueadas por las barricadas de la batalla librada para capturar a Ovidio Guzmán. Más de 3.500 soldados han sido desplegados en la capital de Sinaloa tras este nuevo episodio de violencia que ha vuelto a demostrar al mundo las debilidades del Estado, frente a un crimen organizado que continúa actuando con suma impunidad y violencia.