Washington D.C.- (Enviado especial).- Días después de que el Cártel de Sinaloa ejecutó a dos informantes de la Drugs Enforcement Administration, DEA, el Gobierno de los Estados Unidos, decidió enfocar su atención en el estado de Yucatán, donde se han identificado empresarios y políticos inmiscuidos con el lavado de dinero y donde existen indicios de operaciones de Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini, brazo ejecutor de Los Chapitos.
Las indagatorias en curso contra el gobernador de Yucatán Mauricio Vila Dosal y su secretario de Seguridad pública Luis Felipe Saiden apuntan a que están inmiscuidos con las actividades de los 12 grupos criminales que coexisten en Mérida, en un «pacto del terror», como se conoce al acuerdo de Luis Felipe Saiden Ojeda con el crimen como artífice que ha convertido a la entidad peninsular en un hotel de narcotraficantes.
Las agencias estadounidenses han dirigido su mirada de nueva cuenta a la Península Yucateca, porque precisamente en los estados de Yucatán y Quintana Roo, son los lugares donde se refugian muchos de los mandos de los grupos criminales. Ante esto, lo que se sabe es que, Yucatán, con la tolerancia de las autoridades estatales y federales, podría estar refugiando al grupo señalado de ejecutar a los dos informantes de la agencia estadounidense, especialmente porque hay reportes que apuntan a la ciudad de Mérida, donde se presume presencia de Néstor Ernesto Pérez Salas, o Néstor Isidro Pérez Salas, el líder de Los Ninis, sanguinario grupo de sicarios que brinda seguridad como brazo ejecutor a Los Chapitos, .
¿Quién es Néstor Ernesto o Néstor Isidro Pérez Salas?
Néstor Ernesto Pérez Salas o Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, es uno de los líderes del aparato de seguridad de Los Chapitos. Pérez Salas trabaja directamente para Óscar Noé Medina González, el principal adjunto de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, y tiene responsabilidad dentro del aparato de seguridad de Los Chapitos para la protección del Cártel de Sinaloa en el estado de Sinaloa.
Pérez Salas es también uno de los líderes y comandantes de Los Ninis, un grupo de seguridad que se ha destacado por sus métodos violentos en la seguridad de Los Chapitos.
Según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el Cártel de Sinaloa es en gran medida responsable del flujo masivo de fentanilo a Estados Unidos durante los últimos años.
El 22 de febrero de 2021, un gran jurado federal reunido en el Distrito de Columbia presentó una acusación contra Néstor Ernesto Pérez, acusándolo de conspiración para tráfico de cocaína y metanfetamina, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, y represalias contra testigos.
El 4 de abril de 2023, otro gran jurado federal sentado en el Distrito Sur de Nueva York presentó una nueva acusación contra Pérez Salas y otros acusándolos de participar en una empresa criminal contínua, identificada como conspiración para la importación de fentanilo, conspiración para el tráfico de fentanilo, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, conspiración para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos y conspiración para lavado de dinero.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció incluso una recompensa de hasta 3 millones de dólares por información que conduzca al arresto y/o condena de Néstor Isidro Pérez Salas.
La agencia estadounidense ha lanzado la siguiente información para que la población civil se sume a la búsqueda del afamado delincuente, lanzando el siguiente anuncio en su sitio web.
Sin embargo, ante las diferencias que hay en las agencias de investigación estadounidenses, principalmente entre el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) con el Departamento de Justicia, el FBI y la DEA, la ejecución de ambos informantes prendió las alertas en Estados Unidos e hizo que la desconfianza con sus pares mexicanos creciera, y es que en una carta dirigida a la subprocuradora general Lisa Mónaco, el senador estadounidense Chuck Grassley cuestionó al Departamento de Justicia (DOJ) por sus decisiones “controvertidas” respecto a la investigación que encabeza la DEA contra la red de tráfico de fentanilo de los hijos del Chapo Guzmán, por lo que las agencias en cuestión decidieron cerrar filas y cuestionar la poca lealtad que hay en su contraparte mexicana.
Cabe destacar que ni la Fiscalía General de la República, ni parte del Ejército mexicano ni la mayoría de las corporaciones estatales, gozan de la confianza de la población mexicana, por lo que se considera que mucho menos la tendría alguna agencia de investigación a nivel internacional.
Ante ese panorama, la DEA y el FBI decidieron centrar sus baterías en la cacería contra Los Chapitos y el sanguinario grupo de Los Ninis, quienes por informes detallados podrían estar entre Quintana Roo y Yucatán, entre las ciudades de Cancún y Mérida, que son las preferidas por los narcotraficantes de alto nivel.
Lo que pone de nueva cuenta en el ojo del huracán a las autoridades yucatecas, es que tanto el secretario de Seguridad Pública, el Gobernador y las autoridades federales, tienen conocimiento pleno de quiénes viven, cohabitan y se refugian en la entidad. Nada se mueve si no lo sabe el gobernador y las autoridades en cuestión, solamente que en estos casos por la renta que perciben del crimen organizado, deciden mirar hacia otro lado.
Los informes de la DEA en Estados Unidos apuntan a que ya se encuentran en la zona de la Península de Yucatán estos criminales, los cuales se encuentran perfectamente cuidados y resguardados por todas las autoridades.
La corrupción de las autoridades mexicanas, dificulta las investigaciones y la captura de estos peligrosos criminales que han llenado de terror y sangre la república mexicana, pero también de cristal y de fentanilo los Estados Unidos. Actuamente, en México el crimen organizado manda y tiene más poder que el propio Gobierno de la República.
La complicidad del Gobernador del estado de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, así como de la Policía estatal y de las autoridades federales, les brinda un blindaje bastante robusto a Los Chapitos y al remanente del Cártel Jalisco Nueva Generación que sigue luchando por resguardarse en este estado, lugar que representa el lugar perfecto para producir fentanilo y el paraíso idóneo para lavar dinero sobre todo en el ramo inmobiliario, por eso la presencia de los dos cárteles más peligrosos en México.
De allí el interés de las autoridades estadounidenses por continuar las investigaciones sobre el nivel de complicidad de las autoridades de esa región.