Dejó el dúo a los 14 años, harta de cantar. Hoy es una mujer anónima de 52 años, dedicada a sus hijos y a la informática.
Formaron una extraña pareja: una niña de 8 años y un chico de 20 con caras angelicales que, sin embargo, arrasaron. Enrique y Ana, el dúo musical de hicieron del co-co-ua-ua un himno infantil, fueron tan famosos que se codearon con los ídolos de finales de los 70.
Fue la discográfica Hispavox quien les unió, en 1977, cuando se dieron cuenta de lo bien que funcionaban como pareja. Enrique del Pozo iba para actor (había trabajado en el teatro y había participado en alguna película inglesa) pero le convencieron para que grabara un disco. Eran los años de cantantes guaperas, Miguel Bosé empezaba a triunfar y las discográficas buscaban nuevos ídolos adolescentes.
Para una de sus canciones necesitaban una niña y la elegida fe Ana Anguita. Fue su madre, la actriz inglesa Ana Shivers, quien la presentó al casting. La química entre los dos fue palpable desde el principio y los directivos de Hispavox les convencieron para que formaran ese extraño dúo.
Enrique y Ana fue un bombazo. Se hicieron famosísimos no solo en España, también en Latinoamérica, donde se hincharon a giras. Sacaron siete discos y protagonizaron una película (Las aventuras de Enrique y Ana, 1981), pero la niña fue creciendo y Ana, preadolescente, se hartó de cantar el co-co-ua-ua y Mi amigo Félix y dio un portazo. Tenía 14 años cuando volvió al anonimato, de donde no ha vuelto a salir.
Enrique del Pozo no ha dejado de salir en la tele pero nada pero apenas se sabe nada de Ana Anguita Shivers, como que estudió ingeniería informática y se casó con uno de sus compañeros de facultad, Enrique Benavente, el padre de sus dos hijos. El matrimonio acabó divorciándose y ella vive con otra pareja a las afueras de Madrid, trabajando como informática y dedicada a sus hijos.
Enrique y Ana no acabaron bien. La química del dúo no se trasladó a su relación personal. El propio Del Pozo confesó el pasado viernes en un programa de Telecinco que hace casi 40 años que no ve a su antigua compañera.
Sin embargo, recordó que fueron «muy felices cantando juntos», que hicieron un «trabajo maravilloso» y que no entiende el «desprecio» que muestran algunos compañeros de profesión para hablar de Enrique y Ana y de sus canciones que aún siguen sonando… y generando beneficios.