Ucrania ha confirmado que sus fuerzas se han retirado de la disputada localidad de Soledar, en la región oriental de Donetsk. Soledar es una pequeña ciudad minera de sal de apenas 10 mil habitantes antes de la guerra donde se ha librado una intensa batalla y cuya captura fue anunciada por Rusia hace casi dos semanas en lo que se considera una victoria modesta, más simbólica que estratégica, de Moscú.
El portavoz del grupo oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhiy Cherevatiy, dijo que las tropas ucranianas «cumplieron la tarea principal: no permitieron que el enemigo se abriera paso en el frente en la dirección de Donetsk y entrara en la retaguardia, para luego pasar a la zona de operaciones».
Subrayó, además, que las tropas ucranianas debilitaron a las fuerzas rusas en esta dirección. Precisó asimismo que «no hubo cerco ni captura» de tropas ucranianas.
«No podemos permitirnos el lujo que se permite nuestro enemigo de simplemente lanzar combatientes al matadero. Intentamos maniobrar, disparar y utilizar tácticas de grupos pequeños para agotar al máximo al enemigo», agregó.
Por otro lado, Alemania abrió el camino este miércoles para que Europa envíe decenas de tanques de batalla a Ucrania, y Washington estaba listo para hacer un anuncio similar. Kiev ha pedido durante meses tanques de batalla, protección y movilidad para romper las líneas defensivas rusas y potencialmente recuperar el territorio ocupado.
El objetivo final sería suministrar a Ucrania dos batallones de Leopardos, normalmente integrados por tres o cuatro compañías cada uno, los primeros en llegar en tres o cuatro meses. «Alemania siempre estará a la vanguardia cuando se trata de apoyar a Ucrania», expresó el canciller Olaf Scholz al parlamento alemán, entre aplausos.