Aunque emocionante en tiempo extra, no es el tipo de triunfos que ayuden a Pittsburgh a sumar optimismo para el futuro.

Cierto, fue dramático. Otro domingo por la noche cerrado, espectacular, con definición en tiempo extra, que nos entregó el triunfo de los Steelers ante Seahawks. Sin embargo, no es el tipo de victorias que ayuden a Pittsburgh a sumar muchos enteros en el renglón de optimismo para el futuro. Me explico.

Los Steelers necesitaron de prórroga para vencer en Heinz Field a los Seahawks de Geno Smith, no del lesionado Russell Wilson; del corredor Alex Collins, no del descartado Chris Carson; de la defensiva que admite arriba de 450 yardas totales por partido. Yo sé, una victoria es una victoria y punto. Sin embargo, ¿tantas maromas para derrotar a un equipo tan debilitado?

Pittsburgh dominaba el partido con comodidad al medio tiempo 14-0. Lejos de imponer condiciones en la segunda mitad, no fueron capaces de parar la carrera. Collins tuvo 20 acarreos para 101 yardas, 82 de ellas después del descanso. Difícil de imaginar con una defensiva que tiene jugadores de la calidad de Cam Heyward, T.J. Watt o Minkah Fitzpatrick. El caso es que no contuvieron el juego terrestre, especialmente en el tercer cuarto y el partido se emparejó.

Cuando estuvieron empatados a 17, los Seahawks los tuvieron en la mira después del pase arrepentido de Ben Roethlisberger que se convirtió en balón suelto. Un castigo de sujetando, seguido por una captura de quarterback frustró la ofensiva que parecía le daba la ventaja a Seattle.

Watt, que es firme candidato a Defensivo del Año, merece una mención aparte. Estoy seguro que los aficionados de Steelers habrán tenido una experiencia como esta: es tercera oportunidad y 3 por avanzar, el rival está avanzando, están en territorio de gol de campo, no puedes permitir el primero y 10. Cierras los ojos y pides un deseo, «necesitamos una jugada grande de la defensiva»… ¡Y el genio la concede con T.J. Watt! Así lo hizo en el balón suelto que provocó a Smith en tiempo extra. Los grandes jugadores aparecen en los momentos cruciales. Watt lo es, sin duda. Digno heredero de los Lambert, Ham, Greene, Lloyd y compañía.

Es una pena que los Steelers sigan dejando estas dudas teniendo un monstruo como T.J. en la defensiva, o una realidad tan sólida como Najee Harris, que les ha ayudado a equilibrar el ataque. El año pasado su juego terrestre era nulo.

La realidad es que muchas cosas tendrán que cambiar, especialmente a la ofensiva para que Steelers le dé pelea a Baltimore, Cincinnati y Cleveland.

La reconstruida línea ofensiva necesita dar más garantías, el diseño y selección de jugadas tiene muchas áreas de oportunidad, y su mariscal de campo… bueno, «Big Ben» tiene 39 años y habrá que ver qué tanto combustible le queda para la segunda mitad de la temporada. Por eso, vámonos con calma después del triunfo agónico en Heinz ante Seattle.